Los profesores del IES. Sácilis, convencidos de la utilidad de la literatura en general, y de la poesía en particular, nos vemos en la necesidad de plantear esta experiencia educativa como un recurso más para abordar la noble tarea que significa impartir clase. Nuestra esperanza es que algo cambie, que nuestro centro se enriquezca con nuevas prácticas, y que lo haga mediante cauces que incentiven día a día nuestro trabajo.
¿Qué pretendemos con EL POEMA DE LA SEMANA?
Fomentar la lectura como uno de los actos que más dignifica al ser humano, apoyando los objetivos del Plan de lectura y biblioteca.
Cambiar, mediante pequeños gestos, el día a día de nuestra labor docente para modificar y mejorar el ámbito en el que trabajamos, recurriendo en este caso a un “arma poderosa”, como es la poesía.
Colocar un poema en la entrada del centro, en un espacio creado para tal fin, además de en otros lugares como pasillos, clases, o en el entorno virtual de las TIC.2: Blog “Poema de la semana”, facebook, instagram...
Romper entre nuestro alumnado y, en general, en toda la comunidad educativa, los prejuicios que se tienen acerca de este género literario: la poesía no es aburrida, ni difícil de leer, ni es un desahogo romántico, o algo cursi...
Mostrar su utilidad real: la poesía sirve para pensar despacio, para aprender a amar las palabras, para atenuar la violencia verbal y conocernos y comunicarnos; sirve para ligar, para sonrojar a un chico o a una chica, para consolar, para regalarla...La poesía es como un inmenso botiquín con toda clase de medicamentos que curan la ansiedad, la soledad, el insomnio, la melancolía, los enfados, las migrañas, los dolores del amor...Nos ayuda a entender mejor nuestros sentimientos y a leer mejor en los demás; a sentirnos rodeados de belleza; a rebelarnos contra el mundo... Además un poema puede leerse a cualquier hora del día o en cualquier lugar: en el café; mientras hacemos el trayecto hacia el instituto o trabajo en coche, bus o tren; esperando en la consulta del doctor o en la oficina de correos; a la hora del almuerzo, la cena; o en la cama, antes de dormir...
Difundir la obra de nuestros poetas contemporáneos y enriquecernos con su mirada sobre el mundo actual, ampliando sus límites y fronteras.
EL POEMA DE LA SEMANA se inicia con la ilusión de que todos los compañeros, padres y madres y, cómo no, todos los alumnos, participen en esta novedosa actividad. Simplemente leyendo los poemas o incluso (¡qué gran éxito sería para nosotros!) proponiendo poemas para su difusión en este espacio o divulgando la existencia del proyecto a través de cualquier cauce. Por tanto, es a la par un lugar de encuentro y un sitio abierto a toda la comunidad educativa del IES. Sácilis.
En el silencio de la noche, cuando
ocupa el dulce sueño a los mortales,
la pobre cuenta de mis ricos males
estoy al cielo y a mi Clori dando.
Y al tiempo cuando el sol se va mostrando
por las rosadas puertas orientales,
con suspirosy acentos desiguales
voy la antigua querella renovando.
Y cuando el sol, de su estrellado asiento
derechos rayos a la tierra envía,
el llanto crece y doblo los gemidos.
Vuelve la noche, y vuelvo al triste cuento
y siempre hallo, en mi mortal porfía,
al cielo sordo, a Clori sin oídos.
En el Quijote, Primera parte, capítulo
XXXIV, Lotario a Camila
Suspira Lotario por
los huesos de Clori en estos versos, y es un suspiro en endecasílabos rimados
en consonante, 14, para ser más exactos, como corresponde a la estructura
clásica de un soneto. Es un poema de desamor, de queja a Clori y a los cielos
por no ser correspondido, por notarse Lotario ignorado a partes iguales por su
dama y por la divinidad a la que se encomienda: al cielo sordo, a Clori sin oídos. La cosa es que todo es mentira,
y Lotario es un impostor, y ahora explicaremos por qué. Estamos hablando de un
poema que se encuentra en el centro de una novela, El curioso impertinente, que a su vez se encuentra dentro de otra
novela El ingenioso hidalgo don Quijote
de la Mancha. Capítulo 34 de la primera parte. Y aunque parezca un lío
tiene explicación: don Quijote y Sancho llegan a una venta, y es allí donde el ventero saca unas hojas (novela El curioso impertinente) que encontró en
la maleta de otro huésped y, a continuación, el cura Pero Pérez comienza a
leerla. Resumo “wikipedianamente”:Es la historia de dos
amigos llamados Lotario y Anselmo, y de la esposa de éste, Camila. Anselmo,
presa de una impertinente curiosidad, pide a Lotario que corteje a Camila, para
saber si ésta le es fiel. Al principio, Camila rechaza indignada las
pretensiones de Lotario, y Anselmo queda muy satisfecho de la fidelidad de su
mujer, pero decide que Lotario insista…El soneto es una triquiñuela de Lotario urdida con
Anselmo, el marido, para seducir a Camila, pues el amor hacia Clori es un amor
fingido; pero es Camila quien sucumbe y queda impresionada ante la supuesta
sensibilidad y el talento de Lotario. El final de la historia no os lo cuento,
pero os lo podéis imaginar.
Después de darle muchas vueltas a qué poema elegir para
rendir nuestro pequeño homenaje al gran don Miguel de Cervantes, y al libro, en
su día internacional, que como sabéis es el 23 de abril (día en que se entrega
el galardón más importante de nuestras letras, El Premio Cervantes), he escogido este soneto como poema de la
semana por su sencillez y cercanía, pues un poema escrito en los albores del
siglo XVII está muy alejado, en principio, de los poemas que hemos leído a lo
largo de este curso, y no os quería asustar; y también por su temática, porque
¿quién no ha suspirado como Lotario (aunque en el caso de éste sea mentira) por
un ser del que ha estado o está enamorado y no ha sido correspondido? Y no os
preocupéis, si no os ha pasado, os pasará y lo pasaréis mal, y también eso
pasará. Otra curiosidad del poema de esta semana es que Cervantes, además de utilizarlo
en el Quijote, también lo hace para abrir la jornada
III de su comedia La casa de los celos.
Sobra decir que el Quijote es la novela que más ha
influido en la narrativa universal, y también la culpable de eclipsar parte de
la obra del genial escritor, porque Cervantes además de novelista, también fue
dramaturgo y poeta. Se la considera la fundadora de la novela moderna, y yo
añadiría de la posmoderna. Todos los hallazgos novelescos de todos los autores
contemporáneos a los que he leído, todos los que han indagado en nuevas formas
de narrar, en nuestra lengua o en otras, de una u otra manera ya están en el
Quijote. Cervantes abrió los caminos por donde el resto de novelistas han ido
transitando con mayor o peor fortuna a lo largo de la historia. El Quijote es
el segundo libro más leído de la historia después de La Biblia. Otro don Miguel,
esta vez, de Unamuno, lo defiende en uno de sus sonetos como un evangelio más;
os recorto algunos versos: Tu evangelio, mi
señor don Quijote, […] me vuelvo a los gentiles y les hablo tus hazañas,
/haciendo de San Pablo de tu fe, […]/ forjaré universal el quijotismo.
Me uno a Unamuno en la consideración del Quijote como un
evangelio, un manual de vida o una guía vital y espiritual. Intentaré
explicarme: además de todos los logros estructurales de los que ya hemos
hablado, para mí el personaje de don Quijote es un ente de ficción más real que
la mayoría de la gente con la que me cruzo a diario por la calle. Pero antes de
seguir os voy a confesar una cosa: muchas veces había oído yo y leído hablar
del Quijote como una obra maestra de la Literatura universal, y durante mucho
tiempo, incluso después de haber estudiado Filología, no entendía muy bien por
qué. Fue hace cuatro o cinco veranos cuando la grandeza del Quijote, a través
de intensas lecturas, se me reveló, y de pronto todo lo que había leído y
escuchado cobró sentido. Os decía que para
mí es más real que algunas personas con las que me cruzo a diario, y la causa
es su inmensa humanidad. Don Quijote es muchas cosas, pero es sobre todo bueno.
E ingenioso, como nos adelanta Cervantes en el título, e inocente como un niño,
y admirable como un sabio; y es un personaje que convierte la imaginación en
vida y la vida en imaginación; un personaje capaz de sobreponerse a todos los
obstáculos que la vida le va poniendo en el camino sin rendirse jamás. Don
Quijote es un ser que desea el bien y la justicia, y ese anhelo, junto a su
amor, Dulcinea, se convierten en el gran impulso de todas sus aventuras; un
personaje que es capaz de defender con
inapelables argumentos las más complejas disquisiciones morales a lo largo de
todo el libro. Don Quijote se toma la vida tan en serio, que a los
cincuenta años, más allá de dejarse llevar por el abatimiento y el tedio,
decide inventarse a sí mismo y jugar al juego de ser Caballero andante e ir en
busca de aventuras al lugar donde menos aventuras podían ocurrirle a nadie en
esa época: La Mancha a principios del siglo XVII. Y la grandeza reside en que
las consigue, consigue vivir aventuras que se perpetuarán a lo largo de los
siglos. Don Quijote ama sin límites y es, en resumidas cuentas, feliz. Después
de lo contado, ¿es don Quijote un loco, o no pasa esa supuesta locura a un
segundo plano?Por todo lo que acabo de
expresar, el personaje de la triste figura se convirtió en mi vida en algo tan
presente y real, que no puede dejar de ser el paradigma que me acompañará
siempre. Porque siempre vuelvo a su manantial inagotable.
A don Quijote me lo
encontré por primera vez en una biblioteca.Ahora tengo varios ejemplares de la obra en la mía. A veces, en silencio,
me paro a contemplar mis libros, cada vez más numerosos, y oigo un rumor de
voces que se confunden y entremezclan y quieren salir de las páginas para
volver a mi imaginación: son todos los personajes de todos los libros que me he
leído a lo largo de mi vida. Por este motivo, en casa, aunque no haya nadie,
jamás me siento solo. Me encanta leer. Me encantan los libros. Lo digo
orgulloso y complacido. No hay un día en todo el año en el que no lea, que no
abra alguno de ellos y se ponga en marcha en mí el complejo y misterioso
engranaje de la imaginación. Necesito la lectura tanto como respirar, comer o
beber. Pero no siempre fue así. Hubo un tiempo en que leer me parecía una
actividad muy aburrida y muy trabajosa, hasta que un día en mi adolescencia,
obligado, pero también aconsejado por un profesor de Filosofía, cayó en mis
manosSiddhartha,
la gran novela de Hermann Hessey fue ella la que me sacó de mi
letargo. Sé que ya os ha pasado a muchos de vosotros, y sé también, estoy
convencido de ello, que a quien no le haya sucedido, le sucederá. Para mí,
todos losdías del año son el día del
libro. Y como leer es algo que me hace muy libre y muy feliz, lo único que
puedo desearos es que, si aún no habéis dado con el libro de vuestra vida, que
tengáis suerte y lo encontréis cuanto antes. Hay uno de ellos que os está
esperando a la vuelta de la esquina. Y ojalá nosotros, vuestros profesores y
profesoras, podamos ayudaros a conseguirlo.
Desde
una edad muy temprana,
fui consciente de la existencia del sufrimiento y del miedo.
Por
primera vez sentí la absoluta alegría de vivir.
AUDREY
HEPBURN
La vida sale de la muerte y se posa en
esta película,
que es igual a la vida, ilusoria y frágil.
La oscuridad de la noche teje para mí
este vestido repleto de escaleras,
desciendo y me elevo sobre la ciudad
como una bruja inaudita.
Soy un halo invulnerable – el águila y la serpiente-
el amor y la aurora en un tocador de Manhattan.
Entre los últimos escombros de la luna,
soy la que desayuna con diamantes
La sonrisa de Audrey Hepburn
Ed. Vaso Roto, 2015
Sonia Betancourt
Así explica la poeta tinerfeña Sonia Betancourt en
una entrevista que he encontrado en una página web y he transcrito fielmente,
la estructura y el sentido de su último libro: “Este libro, La sonrisa de Audrey
Hepburn, es un libro que está escrito como un guión de cine; es un libro
que se abre en seis secuencias y en dos escenas que parten de una lágrima que
precede a un lagrimal que se va deslizando por un rostro, y que termina en una
sonrisa; la defensa de una sonrisa que termina, también, en un fundido en
negro. Esa sonrisa es la de Audrey Hepburn, pero también esla sonrisa del lector;es la sonrisa de todos esos personajes que
van apareciendo en el libro, y que son personajes de películas protagonizadas
por Audrey Hepburn en los años 50 y 60. Y es un libro que
intenta ser también una reflexión de luz, oscuridad, buscando eso que,
finalmente, aporta la poesía, que es muchísima luz; una posibilidad de hacer
alquimia con las cosas terribles y dramáticas y oscuras del mundo, y que
invita, finalmente, a defender la alegría, y a defender también la posibilidad
de transfiguración y reconversión de la realidad que tenemos todos a través del
arte”.
Esta semana no he encontrado mejor modo de empezar mi
comentario que utilizando las palabras de la propia autora acerca de su última
obra. He conocido la poesía de Sonia
Betancourt hace tan solo unos meses, cuando elaboré a partir de distintas
revistas y suplementos culturales, una lista con los libros de poesíaque, a priori, más podía disfrutar entre los
últimospublicados en España. Y este
libro ha sido uno de ellos.
Me interesa mucho (y el poema de esta semana es un ejemplo
de ello) la influencia recíproca entre las distintas artes, en todas sus
variantes clásicas y contemporáneas, tan característica de esta época a la que
le hemos puesto la etiqueta de posmodernidad. Pensad que del mismo modo en que
ahora estudiamos épocas pasadas con nombres como Renacimiento,Ilustración o Vanguardia,la realidad en que nos movemos en la
actualidad y de la cual somos partícipes y creadores, será objeto de estudio en
el futuro; y ahora, y recordad el nombre, somos posmodernos.
El poema de esta semana forma parte de
un libro que, como ya nos ha explicado la propia autora, está escrito a modo de
guión cinematográfico. La relación poesía-cine no es una novedad en sí misma,
pues la influencia del cine en todas las artes, pero concretamente en la poesía
comenzó en los mismos inicios del cinematógrafo y fue el cine, en palabras del
prestigioso historiador de losmedios de
comunicación de masas Román Gubern, el
primer encuentro de la máquina con la poesía. El cine con mayúsculas como
arte y como todas las artes, está lleno de poesía. En la Generación del 27, y especialmente en
la de los Novísimos y posteriores generaciones, el cine ha estado muy presente
en nuestros versos. Lo que sí constituye una novedad muy original es que el
poemario esté concebido como un guión cinematográfico.
Breakfast at Tiffany's, oDesayuno con diamantes en español, es el título del estupendo poema de
esta semana, pero primero fue el título de un relato de 1958 del genial escritor
norteamericano Truman Capote,y más tarde, el de una comedia clásica del
cine de Hollywood (adaptación libérrima de la obra literaria)
dirigida porBlake Edwards en 1961 y protagonizada por la mítica Audrey Hepburn(protagonista también del poema, pues éste está inspirado en la
película). Abro un
paréntesis para contaros una anécdota: el papel era en principio para la amiga
de Truman, Marilyn Monroe, pero ésta lo rechazó por estar cansada de papeles
frívolos, así que finalmente la protagonizó Audrey Hepburn, algo que al
escritor no le hizo ninguna gracia. Como veis, la literatura le hace un
préstamo al Séptimo Arte, y después éste se lo devuelve en forma de poema, otra vez, a
la literatura; pero mucho tiempo después y muy alejados en el espacio en el que
se gestó la historia original. La película no recrea ni de lejos la atmósfera
de la narración ni su esencia, y el personaje cinematográfico, aunque
excéntrico y con ideas poco convencionales como en la novela, está bastante
alejado de la sordidez del original, pues Edwards
lo aligera, ocultando sus lados más oscuros, para que sea más amable a los ojos
del espectador. En el libro, el amor no existe, o acaso está vinculado al
dinero; tampoco el final es un final feliz como en la película. Pero una
maravillosa banda sonora, y una magnífica interpretación de la gran Audrey,
bellísima, tierna y a la vez triste, convierten Desayuno con diamantes en una peli difícil de olvidar.
Audery
Hepburn es un mito del cine y de la moda, algo de lo que ella siempre huía. En
su infancia se inició como bailarina y sufrió, hasta el punto de identificar su
vida con la de Anna Frank, la devastadora locura naci en Europa, con familiares
desaparecidos y fusilados, y con imágenes de trenes cargados de judíos que
partían hacia la muerte. Y se haría modelo, vendedora de cosméticos en Londres,
florista y azafata, y más tarde se convertiría en estrella de cine, siendo la
protagonista de títulos míticos como Vacaciones
en Roma, Sabrina,
Una cara con ángel,La calumnia, Charada,
Guerra y paz o My fair lady. Pero también es un ejemplo de libertad,
nunca vendió su imagen a marcas comerciales. Y su elegancia natural y su
belleza sin exhibicionismos y toda la obra social que realizó a lo largo de su
vida, le valieron la admiración de todo el mundo en todos los estratos de la
sociedad.
Con versos
visuales y punzantes que te dejanmuchas
veces a lo largo del libro al borde del abismo, la Hepburn de
Betancort, alejada de los estereotipos machistas del cine clásico, no es un
objeto sexual, sino alguien que convierte su vida en un camino hacia la
libertad, y que paga caro el precio de suindependencia, pero que sale victoriosa de ella.
El arte en
general, y la poesía en particular, como nos recuerda Sonia Betancourt al
comienzo de este comentario, tiene el poder y la capacidad transformadora de
convertir los lados oscuros de la vida en claridad y luz, sirviendo como
bálsamo que cura los dolores del alma. La poesía ensancha, enriquece y
embellece la realidad (siempre en permanente cambio) y nuestra mirada sobre
ella. Cada poema que leemos es una nueva ventana que abrimos al mundo, dejando
que entre una luz limpia y un aire renovado. Leer poesía es uno de los actos más
sublimes y sofisticados que puede realizar el ser humano. La poesía, frente a
los nuevos lenguajes de la urgencia, es el lenguaje de la lentitud, de la
pausa, del reposo interior. Cuando uno lee un poema adquiere un compromiso
consigo mismo, un compromiso de búsqueda interna y externa y de crecimiento
personal, ¿y qué sentido tendría la vida si no fuera crecimiento,cambio y horizonte inexplorado?
Gurb
BIOGRAFÍA DE
LA AUTORA
Sonia
Betancort nació en S/C de Tenerife a la una de la mañana del seis de mayo de
1977. Entre el año 1995 y el 2002 vivió en Salamanca donde estudió Humanidades,
Estudios Latinoamericanos, Lenguas y culturas de India e Irán y Literatura
Española e Hispanoamericana, doctorándose con la tesis “Oriente no es una
pieza de museo". Jorge Luis Borges y las culturas de la India. En este
campo, es autora de varios artículos y libros de crítica literaria.
En Salamanca publicó su primer libro de poemas: “Íntima Exigencia”(2000), y
conoció a un grupo de yoguis, equilibristas y poetas, con los que compartió
cinco años en la Tertulia Literaria Atril, para cuya editorial y revista
colabora y ha editado diversas obras. También participa en numerosas antologías
y otras revistas electrónicas y en papel.
Como gestora cultural y educativa de la Fundación General de la Universidad de
Salamanca, entre el año 2002 y el 2009 se dejó seducir fácilmente por la
aventura de vivir entre España y Buenos Aires. Además ha realizado estancias
cortas en Chile, Uruguay, Brasil, Perú y Nueva York.
Entre el año 2007 y el 2009 estudió teatro (actuación) en Buenos Aires, en la prestigiosa
Escuela de Julio Chávez, actividad que en 2013 continuó con Juan Carlos Corazza
en Madrid. En ese campo, ha trabajado en varios cortometrajes y proyectos
teatrales, en los que destaca la vinculación de las artes escénicas con el
mundo de la literatura.
En el año 2009 regresó a España y presentó su libro "El cuerpo a su
imán" (Madrid, Amargord), y desde entonces es Profesora de Literatura en
la Universidad y crítica literaria.
Actualmente reside en Madrid y ha publicado Para ver la llanura (Venezuela,
El Perro y la rana, 2014), Seis poemas para Mary Jane (México, UAM,
2014) y Contramantes (o la soledad del alfil), este último escrito en
colaboración con Rubén Tejerina.
En
mayo de 2015, mes del nacimiento de Audrey Hepburn, vio la luz su nuevo poemario,
La sonrisa de Audrey Hepburn (Madrid, Vaso Roto).
Un
vaso de agua es el primer poema del último libro
del escritor murciano Eloy Sánchez Rosillo. En él el poeta nos habla de un
suceso tan trivial y cotidiano que nada de interés puede suscitar en el lector:
beberse un vaso de agua. Y, verdaderamente, no sucede nada extraordinario en el
poema hasta la mitad del mismo, justo en el momento en que lo eleva hasta su
boca y ocurre lo insólito: “Cuántos asombros. Todo rompió a arder…”, nos
susurra al oído el poeta a modo de confesión, y continúa “Sin dar ni un solo
paso estuve en todas partes…/ cómo expresar que sucedieron siglos…” Con una
rotunda sencillez, Sánchez Rosillo nos habla de algo en realidad
muy complejo de percibir, que es la ruptura del espacio y del tiempo propia de
la experiencia mística, en donde el mundo se convierte en “oro licuado y
tembloroso” y el yo, el ego, se transmuta en “astilla viva de un súbito
diamante”; es decir, se disuelve en la esencialidad del Todo en el que arde
y al que pertenece.
Quién
lo diría es el libro que incluye estos versos, y en él el autor
sostiene el mismo tono que en el poema elegido para esta semana; un tono
alejado de toda retórica poética en el que el equilibrio ente sencillez y
hondura es perfecto. Partiendo de sucesos, como ya hemos apuntado más arriba,
tan cotidianos como beberse un vaso de agua, dar un paseo por la orilla del
mar, el canto de un mirlo, la visión de un estornino o el sonido de las
cigarras en un caluroso día de verano, el otoño o el invierno, el autor,
a partir de una sintaxis cristalina, un léxico corriente de andar por casa, y
sin levantar la voz, crea un libro de versos tan diáfano y bello que creo puede
convencer al mismo tiempo al lector más avezado y al más inexperto.
Me
sumo con Eloy Sánchez Rosillo a esta mística de lo cotidiano ajena a cualquier
confesión religiosa que acierta a ver en cada cosa una ráfaga de la armonía
sagrada que inunda al universo; de la divinidad sin dioses que lo cerca; de la
espiritualidad laica a la que me adscribo y que, desde aquí, reivindico, pues
ésta no es patrimonio exclusivo de las religiones.
Conságrate
tú, lector y alumno, al presente sin reservas, a su manantial sereno y fecundo;
entrégate con devoción al aquí y al ahora, y despierta y abre los ojos y
contempla perplejo esa realidad tan vasta y difícil de nombrar, y que está más
allá de lo perceptible por los sentidos en la infinitud de tu conciencia.Y no pienses que es una experiencia
sobrehumana a la que solo los místicos o los monjes budistas tienen acceso.
Estoy completamente seguro de que, consciente o inconscientemente, tú, que
ahora lees este comentario, alguna vez has sentido la belleza de existir y la
alegría de percibirlo en un súbito rapto de emoción sin límites como el que nos
cuenta nuestro poeta de esta semana.
En mi caso es algo que cada vez siento con más frecuencia y
lo asumo con más naturalidad. Y que ha llegado a mí, poco a poco: agotado en mí
el paradigma judeocristiano a los diecinueve años, me tiré a la calle y a las
bibliotecas a seguir buscando, pues lo que no ha cesado en ningún momento
durante estos años ha sido mi afán de conocimiento y mi sed espiritual. Y ha
sido la propia experiencia de la vida en la contemplación de la naturaleza, y
en los libros, el arte, la música o el cine, donde he encontrado algunas
respuestas a la provisionalidad de mis preguntas y donde he encontrado el
camino de mi personal y única espiritualidad.
San Juan de la Cruz, Bob Dylan, Miguel Ángel, Scorsese, Borges, Caravaggio,
Leonard Cohen, Roberto Bolaño, Beethoven o Camarón, Woody Allen o Wim Mertens
son solo algunos ejemplos de alguno de los puentes que me han llevado al otro
lado del más acá, en donde la mente se detiene y uno entra en un estado de
plenitud y contemplación beatífica de una realidad innombrable
e inconmensurable que está más allá de la apariencia de lo físico y de la
ilusión del tiempo.
La
poesía de Sánchez Rosillo es un oasis atemporal en mitad del desierto de un
mundo que a veces se vuelve excesivamente árido y seco, precisamente por
ocultar en exceso lo que está más allá, lo que es trascendente y común a todos
los seres humanos. Aprende de las enseñanzas de Jesús, Buda, Krishna,
Lao-Tse o Mahoma; cada uno en su tiempo y en su lengua ha intentado explicar lo
mismo. Y somete a juicio sus religiones, de una u otra manera, deliberadamente
o no, han tergiversado su mensaje; pero no te conformes con él, ve más allá. No
creas en nada simplemente porque lo diga la tradición o muchas generaciones de
personas lo hayan creído. Comienza en solitario el camino de tu espiritualidad
individual y personal, pues tu vida es única e irrepetible; confía en ti, en tu
intuición, porque lo que puede hallarse está en el centro de ti mismo.
Experimenta y aprovecha todas las enseñanzas de todas las tradiciones místicas
y somételas al dictamen de tu razón y de tu corazón, y quédate de cada una lo
que verdaderamente te haya servido a ti. Y, finalmente, desnudo de ti mismo,
ábrete a esa belleza de la que formas parte, a la que los griegos llamaban Eros (Amor universal, impulso cósmico y
primordial que gobernaba la propia vida de los dioses).
Beber
de la poesía de Eloy Sánchez Rosillo es una buena manera de comenzar a atisbar
todo aquello de lo que llevamos hablando un rato. Sé valiente y comienza a
caminar por ti mismo.
BIOGRAFÍA DE ELOY
SÁNCHEZ ROSILLO
Eloy Sánchez Rosillo. Murcia, 24 de junio de 1948
Con tan solo siete años, Eloy debe hacer
frente a la muerte de su padre, aciago episodio éste que marcará su niñez,
proporcionándole una precoz toma de conciencia de lo efímero de la vida y del
sentimiento de pérdida.
Vocación Literaria
Durante su adolescencia, el joven Eloy
experimenta sus primeras curiosidades intelectuales, enfrascándose en la
lectura de autores como Giacomo Leopardi, poeta romántico italiano del siglo
XIX al que Eloy profesará gran admiración desde sus primeras lecturas.
Movido por la vocación literaria que
comenzaba a despuntar en él, Eloy Sánchez Rosillo estudia la Licenciatura de
Filosofía y Letras en la Universidad de Murcia, en la que se desmarca como
alumno aventajado obteniendo el Premio Extraordinario de su promoción.
Durante estos años de juventud, Rosillo
realiza sus primeras incursiones en el mundo literario escribiendo poemas que
dará a conocer en diversas revistas, al tiempo que escribe algunos libros
inéditos.
En el verano de 1973, el joven poeta murciano
viaja a Italia con el fin de realizar unos cursos de italiano en la prestigiosa
Università per Stranieri, donde tiene ocasión de comprar algunos libros de Leopardi
y de indagar en la obra de su admirado poeta.
Primeras obras
A finales de la década de los 70, Eloy
Sánchez Rosillo se da por fin a conocer como poeta, con la publicación de su
libro 'Maneras de estar solo', con el que consigue, en 1977, el más prestigioso
premio de poesía de nuestro país, el Premio Adonais, convirtiéndose en el
primer y único representante de dicho galardón en Murcia.
Con la llegada de la década de los 80, Eloy
publica su segundo libro bajo el título Páginas de un diario, en el que
el poeta se instala en una lírica sincera, diáfana y carente de artificio,
parámetros que definen su obra.
Movido por un afán de indagación en la obra
de Giacomo Leopardi, en 1982 realiza otra estancia en Italia, esta vez viaja a
Florencia con el fin de conocer de primera mano los orígenes del poeta. A la
vuelta de su viaje decide comenzar a traducir a Leopardi.
La década de los 80 constituye una época muy
fructífera para Rosillo, que continúa publicando libros, como Elegías (1984) y
Autorretratos (1989), se convierte en padre en 1985 y en 1989 lee su libro La
fuerza del destino. Vida y obra de Luis Cernuda, como tesis doctoral en la
Facultad de Letras de la Universidad de Murcia. Posteriormente, en 1992 este
libro se publica con algunas correcciones lógicas.
En la actualidad
En 1996 edita su quinto libro de poemas, La vida, en el que se aprecian destellos
autobiográficos y también ese tono elegíaco que caracteriza toda su obra
poética. Dos años más tarde publica por fin su famosa Antología poética de GiacomoLeopardi, en la que recopila y traduce los poemas más
memorables del poeta italiano.
Eloy Sánchez Rosillo vive actualmente en
Murcia, de cuya Universidad es profesor titular de Literatura Española en la
Facultad de Letras de la Universidad de Murcia, y ha publicado en el 2004 Las cosascomo fueron
(1974-2003), una recopilación de sus
cinco poemarios junto con algunos poemas inéditos. Su último libro de poesía Quién lo diría fue publicado el pasado
año.
Mereces un amor que te quiera despeinada,
incluso con las razones que te levantan de prisa
y con todo y los demonios que no te dejan dormir.
Mereces un amor que te haga sentir segura,
que pueda comerse al mundo si camina de tu mano,
que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.
Mereces un amor que quiera bailar contigo,
que visite el paraíso cada vez que ve tus ojos
y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.
Mereces un amor que te escuche cuando cantas,
que te apoye en tus ridículos,
que respete que eres libre,
que te acompañe en tu vuelo,
que no le asuste caer.
Mereces un amor que se lleve las mentiras,
que te traiga la ilusión,
el café
y la poesía.
Frida Kahlo
Si
hoy en día las mujeres siguen en situación de desigualdad respecto a los
hombres en el mundo del Arte, nos podemos imaginar por lo que tuvieron quepasar aquellas mujeres de otras épocas que
poseían algún don artístico. Su trabajo quedó diluido en una Historia del Arte
que hablaba en masculino. No sólono se valoraba su trabajo, sino que en muchos casos ni siquiera estaban
autorizadas para realizar según qué oficios. Hoy sabemos que algunas de las obras atribuidas a pintores o escultores
varones fueron en realidad hechas por mujeres lo cual demuestra que pese a
todo, no hay una gran diferencia entre el arte realizado por unos u otros.
Actualmente, todavía vemos
que tanto la fama como el valor de las artistas femeninas sigue permaneciendo
en un segundo plano. Prueba de ello, son algunos estudios que aseguran que los
trabajos de las artistas más cotizadas tienen un valor hasta 10 veces menor
que los de sus colegas varones. Uno de los casos más sangrantes en la
Historia del Arte lo tenemos en la biografía de la artista estadounidense Margaret Keane, quién vio como durante años su marido se
atribuyó la autoría de su obra, la humilló y hasta la amenazó de muerte;
recuperaría su reputación en los tribunales y en la película de Tim Burton Big
Eyes que en 2014 le rinde homenaje.
Y
compleja será también la vida de la artista Frida Kahlo, autora del hermoso poema de
esta semana. Es
consabido que México no es precisamente el país más feminista del mundo y allí
nació ella. Igual de conocida es su lucha contra las limitaciones de un cuerpo
destrozado en un accidente de tranvía y que acabó convirtiéndose en una especie
de perpetua cárcel de dolor o su tormentosa relación con su esposo, Diego
Rivera, genio nacional por antonomasia en aquel momento, y al que hoy sin duda
ha eclipsado en aceptación popular en todo el mundo. Frida afirmó “tuve dos accidentes en mi vida, el tranvía
y tú, Diego”.Ella se sobrepuso a
todo a través de la creación artística. La obra de Kahlo puede parecer exótica
y naïf, pero refleja de forma muy cruda el sufrimiento físico y emocional de su
autora.Siendo aún muy joven,
en plena adolescencia, Frida sufrió un terrible accidente que cambiaría su vida
y la forma de verse a sí misma radicalmente. El autobús en el que iba la joven
de regreso a su casa fue arrollado por un tranvía causándole múltiples lesiones
en la columna, piernas, pie… e incluso la infertilidad. Fue precisamente en su
convalecencia cuando comenzó a pintar de manera continuada. Su arte llamó la atención
del vanguardista André Breton y fue admirado por grandes artistas de la talla
de Duchamp o Picasso. El propio Breton trató de encasillar la obra pictórica de
Kahlo como surrealista a lo que
ella respondió “yo no pinto mis sueños,
pinto mi realidad”; y sí, pintaba su dura realidad, con sus luces y sombras
y entre ellas la relación con su esposo, el artista mexicano Diego Rivera, que
influyó poderosamente en su obra tanto estilística como temáticamente,
comenzando en este momento a incluir un fuerte componente político en su
producción. Y será políticoel suceso
que le llevó a ser arrestada junto a él; entre 1937
y 1939 el revolucionario León Trotsky vivió exiliado
en la casa de Frida en Coyoacán, junto a su mujer. Allí Frida tendrá un
romance con el líder comunista. Después del asesinato de Trotsky a manos del
miembro de la NKVD
estalinista Ramón Mercader, Frida fue acusada como autora del mismo.
Si bien es cierto
que su producción artística no fue demasiado
extensa –apenas unas ciento cincuenta obras- su calidad es admirable. El rico y
brillante colorido típico del arte mexicano aparece conjugado con motivos
vanguardistas europeos y otros procedentes de las culturas precolombinas.
Pocos
artistas han sido tan valientes y directos como ella en el registro
autobiográfico. Pienso además que hacernos ver que un tupido entrecejo femenino
puede constituir un rasgo de belleza es un logro más importante de lo que pueda
parecer a simple vista…
Convertida en un icono de arte mexicano del siglo veinte, Frida Kahlo además dejó un legado de moda folclórica por los vestidos llamativos que
llevaba, compuestos de faldas amplias y blusas largas, acompañadas de vistosos accesorios. Ha sido portada de la revista Vogue en numerosas
ocasiones. El estilo Frida Kahlo ha creado escuela
en todo el mundo. Son muchos los diseñadores de
talla internacional que han tomado como patrón los estilismos de la artista mexicana. Riccardo Tisci, de Givenchy; la
japonesa Rei Kawakubo, de Comme des Garçons; Dai Rees o Jean Paul Gaultier,
entre otros.
Frida se adelantó
a su tiempo, su persona atormentada y transgresora cautivó al gran público pese
a que su mayor reconocimiento le llegaría una vez fallecida: “Tierna
como las alas de una mariposa y dura como la vida misma”, así definió
Diego Rivera la pintura de su “amiga, compañera y mujer”.
Elisabeth Luna, profesora de Historia del IES.
Sácilis.
El cantautor Pedro Guerra le dedicó a la singular pareja de artistas mexicanos
esta emocionante canción titulada "El elefante y la paloma" basada en los diarios de ella.
BIOGRAFÍA FRIDA KALHO
(Magdalena
Carmen Frida Kahlo; Coyoacán, México, 1907 - id., 1954) Pintora mexicana.
Aunque se movió en el ambiente de los grandes muralistas mexicanos de su tiempo
y compartió sus ideales, Frida Kahlo creó una pintura absolutamente personal,
ingenua y profundamente metafórica al mismo tiempo, derivada de su exaltada
sensibilidad y de varios acontecimientos que marcaron su vida.
A los
dieciocho años Frida Kahlo sufrió un gravísimo accidente que la obligó a una
larga convalecencia, durante la cual aprendió a pintar, y que influyó con toda
probabilidad en la formación del complejo mundo psicológico que se refleja en
sus obras. En 1929 contrajo matrimonio con el muralista Diego Rivera; tres años
después sufrió un aborto que afectó en lo más hondo su delicada sensibilidad y
le inspiró dos de sus obras más valoradas: Henry Ford
Hospital y Frida y el aborto,
cuya compleja simbología se conoce por las explicaciones de la propia pintora.
También son muy apreciados sus autorretratos, asimismo de compleja
interpretación: Autorretrato con monos o Las dos Fridas.
Cuando André
Breton conoció la obra de Frida Kahlo, afirmó que la mexicana era una
surrealista espontánea y la invitó a exponer en Nueva York y París, ciudad esta
última en la que no tuvo una gran acogida. Frida nunca se sintió cerca del
surrealismo, y al final de sus días rechazó abiertamente que su creación
artística fuera encuadrada en esa tendencia.
En su
búsqueda de las raíces estéticas de México, Frida Kahlo realizó espléndidos
retratos de niños y obras inspiradas en la iconografía mexicana anterior a la
conquista, pero son las telas que se centran en ella misma y en su azarosa vida
las que la han convertido en una figura destacada de la pintura mexicana del
siglo XX.
La
obra de Frida Kahlo
La
producción de la artista mexicana es un ejemplo de ese tipo de arte que sirve
como poderoso instrumento con el que exorcizar la angustia de una realidad
hostil. El signo trágico de su existencia, marcada por la lucha contra la
enfermedad, había comenzado cuando a los seis años contrajo una poliomielitis
que le dejó importantes secuelas. En 1925 sufrió un grave accidente de tráfico
que le fracturó la columna vertebral y la pelvis. Además de imposibilitarle
tener hijos, el accidente fue la causa de numerosas operaciones futuras y de
una salud siempre precaria.
A través de
la pintura, que empezó a practicar en los largos meses de inmovilidad tras el
accidente, Frida Kahlo reflejaría de forma soberbia la colisión entre su ansia
de felicidad y la insistente amenaza de su destrucción, a la vez que conjuraba
la dualidad irreductible entre los sueños (de amor, de hijos) y la realidad (dolor
e impotencia).
Durante la
convalecencia del accidente, sin poder ni siquiera incorporarse, comenzó a
pintar tomándose ella misma como modelo principal. Le colocaron un espejo bajo
el baldaquino de su cama y un carpintero le fabricó una especie de caballete
que le permitía pintar estando acostada. Éste fue el inicio de una larga serie
de autorretratos, tema que ocupa el grueso de su producción, de carácter
fundamentalmente autobiográfico. En una ocasión afirmó: "Me retrato a mí
misma porque paso mucho tiempo sola y porque soy el motivo que mejor
conozco." En poco tiempo Frida desarrolló un vocabulario simbólico propio;
con él acompañaba sus retratos para representar metafóricamente sus
experiencias y sus pensamientos.
Influida por
las ideas de vindicación de identidad que propagaba el nacionalismo
revolucionario, Frida vestía con largas faldas mexicanas, moños trenzados con
cintas de colores y collares y pendientes precolombinos. Así la encontramos en Autorretrato como Tehuana (1943, Colección Natasha
Gelman, Ciudad de México), representada como mexicana "auténtica" y
acentuando sus rasgos mestizos (tenía sangre española, india y alemana).
Producto de esa misma ideología nacionalista son los fondos de algunas de sus
obras como el Autorretrato con monos (1943,
Colección Natasha Gelman, Ciudad de México), en el que su figura aparece
recortada sobre plantas selváticas y rodeada de animales, o aquellos en los que
retoma imágenes de la cultura precolombina, como Mi
nana y yo (1937, Colección Dolores Olmedo, Ciudad de México).
Otras veces,
como en Autorretrato - El Marco (1938,
Museo Nacional de Arte Moderno, Centro Georges Pompidou, París), se inspira en
la imaginería popular y muy específicamente en los retablos cargados de ese barroquismo
ingenuo y colorista tan específicamente mexicano que conjuga vívidamente lo
espectacular con lo escatológico.
Una de las
formas más comunes del arte popular mexicano son los exvotos. Frida vincula a
esta tradición sus cuadros de desarrollo narrativo representando de forma
sintética los elementos más significativos y de mayor carga expresiva. El
tamaño pequeño de los cuadros y la técnica (óleo sobre plancha metálica)
proviene también de ellos.
Esta fusión
entre la temática personal y las formas de la imaginería popular se encuentra
expresada de forma emblemática en la obra Henry Ford
Hospital (1932, Colección Dolores Olmedo, Ciudad de México). A
pesar del accidente, Frida esperaba que su segundo embarazo llegara a buen término,
pero su pelvis fracturada no podía acoger el desarrollo de un niño. La
traumática experiencia de un nuevo aborto fue el origen del cuadro.
La adopción
de las formas narrativas de los exvotos tiene su mejor ejemplo en una pieza
singular titulada Retablo (1943,
colección privada). Frida había encontrado un exvoto que representaba el choque
entre un tren y un autobús; una muchacha herida yacía sobre las vías y la
imagen de la Virgen de los Dolores flotaba sobre la escena. Añadiendo a la
chica sus propias cejas y unos rótulos al tren y al autobús, lo convirtió en la
representación de su propio accidente. En la parte inferior escribió: "Los
esposos Guillermo Kahlo y Matilde C. de Kahlo dan gracias a la Virgen de los
Dolores por haber salvado a su niña Frida del accidente acaecido en 1925 en la
esquina de Cuahutemozin y de Calzada de Tlalpan."
Tras superar
algunas graves crisis de salud, y de forma idéntica a como lo hacen los
creyentes con los santos de su devoción, Frida mostró su agradecimiento a los
médicos mediante pinturas que siguen rigurosamente las convenciones del exvoto.
Muestras de ello son las obras dedicadas al doctor Eloesser y al doctor Farill.
Pero no sólo
la enfermedad fue causa de sus trastornos y metáfora de sus pinturas; los
reveses de su vida afectiva también fueron tematizados en cuadros que
constituyen depuradas síntesis simbólicas. En El
corazón (1937, Colección Michel Petitjean, París), la ausencia de
manos expresa su impotencia y desesperación ante el enredo amoroso entre Diego
Rivera y su hermana Cristina. Su corazón, literalmente arrancado, yace a sus
pies y posee un tamaño desmesurado que refleja la intensidad de su dolor. Junto
a ella, un vestido femenino, que alude a su hermana, pende de un hilo, a la vez
que de sus mangas sale un único brazo que enlaza y un palo atraviesa el hueco
que ha dejado su propio corazón.
Frida
y el surrealismo
La
apariencia onírica de sus imágenes propiciaba la relación de su simbología con
el surrealismo, algo que Frida Kahlo negaría rotundamente: "Se me tomaba
por una surrealista. Ello no es correcto, yo nunca he pintado sueños, lo que yo
he representado era mi realidad."
Pero Frida
no sólo rechazó el carácter surrealista de su pintura, sino que profesó una
profunda aversión hacia los representantes del movimiento. Había conocido a
Breton en México en 1938 y al año siguiente pasó varios meses en París, donde
tuvo ocasión de entrar en contacto con los otros surrealistas. La opinión que
le merecían la expresó sin cortapisas en una carta que escribió desde allí a
Nicolas Muray: "No puedes imaginarte lo joputas que son esta gente; me
hacen vomitar. Son tan condenadamente intelectuales y degenerados, que ya no
los aguanto más."
Frente a las
representaciones oníricas o al automatismo psíquico de los surrealistas, los
numerosos símbolos que Frida Kahlo introduce en sus cuadros poseen
significaciones precisas y son producto de la actividad consciente. Su obra se
origina y procede de una continua indagación sobre sí misma, y manifiesta los
estados de ánimo de forma precisa y deliberada, materializando las oscilaciones
entre el sufrimiento y la esperanza. El carácter simbólico de su pintura da
cauce a la expresión vehemente de una personalidad apasionada para la que el
arte es desafío y combate, lucha violenta contra la enfermedad, pero también
repliegue ensimismado hacia su yo interior y huella del reconocimiento doloroso
de su identidad maltrecha.